36Así que los enemigos del hombre serán los de su casa.
37El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;
38y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Mateo 10:35-39
Hogar dulce Hogar! No hay nada como estar en familia un día de domingo con el asado cocinándose sobre la parrilla. Cuántas nostalgias sentimos al escuchar “Faltan 5 pa' las 12” con la realidad de los muchos/as que faltan. Cuántas cartas, postales, llamadas, y últimamente e-mails, y conversaciones por chat para acercarnos a nuestros seres queridos lejos del hogar!. La familia es el eje central desde donde se mueve la sociedad, y se nos ha enseñado desde la más tierna edad el importante y vital rol que ella desempeña en nuestra vida.
La familia es donde te aman y te protegen de los peligros. ¿Pero qué pasa cuando la familia no es el lugar protector sino el lugar donde el peligro acecha? Qué pasa cuándo es en el hogar familiar donde los abusos sexuales de menores suceden con más frecuencia?
Según la Organización Mundial de la Salud a nivel mundial existen 174 millones de niñas y 73 millones de niños víctimas de abuso sexual y/o algún tipo de violencia física.1 La mayoría de los abusos suceden dentro de la casa y éstos son cometidos generalmente por un familiar cercano que convive con los niños o que los/as visita frecuentemente. En un estudio de la Argentina, de 138 casos el abusador era un conocido del niño/a, y se encontró que el “41% era el padre biológico, 18% padrastros, 23%tíos, abuelos, hermanos y primos y un 13.7 % entre amigos y no familiares.”2
Se estima que el 25% de la población adulta ha sufrido abuso sexual infantil. Qué recuerdos tienen ellos/as de su infancia? La idealizada imagen de la familia como el lugar que simboliza amor,respeto, cuidado, y seguridad está muy lejos de las personas que pasaron por el calvario del abuso.
En el 62% de los casos de otro estudio en Argentina señala que las víctimas no solicitaron ayuda y de los que sí buscaron, el 78% no recibió la ayuda adecuada.3
Por qué tanto silencio! ¿Porqué nuestros niñas y niños tienen que aguantar tanto sin poder expresarlo?! Qué clase de ambiente opresor estamos convalidando como para que nuestros propios niños no tengan la más mínima intención de confiarnos lo que les está pasando?
Jesús desafía al concepto de familia al decir “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí”.El Nazareno es consciente de la carga social de la construcción familiar de su época, entiende que lo que se entiende por lealtad familiar quizá se pueda confrontar con la realidad de la Comunidad Amada de Dios4que él vino a predicar. ¿Cómo se convierte esa lealtad en excusa para el silenciamiento de las víctimas de abuso? En numerosos casos uno o ambos padres sabían del abuso pero no realizaron la denuncia para no perjudicar al cónyuge,o al pariente. Vemos que la devoción a un lazo biológico, de cohesión por acostumbramiento y hábito se convierte así en la justificación de la impunidad.
En el Evangelio de Mateo vislumbramos una salida al dilema entre continuar en un círculo familiar tóxico o manifestar desacuerdos abiertamente y en libertad. Jesús dice “y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”
La cruz que Jesús tomó para sí mismo ha sido vergüenza para el mundo, llevando sobre sí la maldición de ser colgado en un madero.5Sin embargo para los/as nosotros/as que creemos en el Evangelio, esa cruz simboliza la victoria de la vida sobre la muerte. Realizar las denuncias correspondiente en caso de que un abuso sexual infantil ocurra dentro de la familia produce vergüenza, en algunos casos juzgamiento y rechazo, pero realizarla será liberar de la vejación al niño/a, y reivindicará el verdadero significado de la lealtad en una causa justa, pero principalmente será la victoria de la vida sobre la muerte.
Mucho se ha publicado sobre los abusos sexuales en la Iglesia Católica Romana. Pero ¿hemos hablado de los abusos que suceden en nuestras escuelas dominicales, en nuestros campamentos, en nuestras casas? Debemos escuchar a Jesús, tomar nuestra cruz y enfrentar la realidad que no se puede seguir ignorando ni mucho menos ocultando ante el aluvión de estadísticas que existen. Los abusos sexuales suceden y nosotras/os tenemos la responsabilidad de actuar con compasión y firmeza en la búsqueda dela justicia.La familia es diversa, existen diferentes modelos, pero lo que la caracteriza debería ser el amor que se tienen todos/as entre sí.Para eso no se necesita llevar la misma sangre.
33Él les respondió diciendo:
--¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
34Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo:
--Aquí están mi madre y mis hermanos,
35porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. Marcos3:33-35
------Esther Baruja
1
Pinheiro P. 2006. The World Report on Violence against Children.
Geneva: United Nations Secretary-General’s Study on Violence against
Children.
2 Pernia Marcela Susana. Abuso Sexual Infanto-Infantil. Jefe de Servicio del Servicio de Psiquiatría y Psicología Médica de Azul.
http://www.psicoadolescencia.com.ar/docs/final8.pdf
http://www.psicoadolescencia.com.ar/docs/final8.pdf
3
Bringiotti, M; Raffo, P. Abuso Sexual Infanto Juvenil. Prevalencia y
Características en Estudiantes Universitarios de la Ciudad de Buenos
Aires. 2010. http://www.asapmi.org.ar/images/fichas/ASI%20-%20art%C3%ADculo%20Derecho%20de%20Flia.pdf
4Como sinónimo del “Reino de Dios”
5Gálatas 3:13Texto publicado en la Revista Vida Abundante de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata Julio/Agosto 2015. Página 14-15
http://issuu.com/ierp/docs/vida_abundante_4_14?e=5818351%2F8461766