Tener orgullo suele ser una emoción considerada negativa en nuestro entorno latinoamericano. Ser considerada una persona orgullosa se la asocia con la arrogancia y/o la petulancia. No es una descripción de nuestra personalidad que busquemos necesariamente.
Pero cuando sentimos orgullo y lo asociamos con algo positivo sucede en el contexto de valoración y satisfacción personal por un logro propio o ajeno, aunque la mayoría de las veces expresamos este sentimiento cuando se trata de otra persona, por ejemplo al decir : “Estoy orgulloso/a de los logros de mi hijo/a, amigo/a o familiar”.
Generalmente, aunque hay excepciones, no decimos estoy orgulloso/a de mí mismo/a. Lo expresamos en relación con otra persona. Y si se trata de un logro personal, preferimos que sea otra persona la que reconozca nuestras virtudes, vea nuestro trabajo bien realizado, y/o valore nuestro liderazgo y que pueda decir: “Me siento orgulloso/a de lo que has hecho”.
Creo que esta ambigüedad con respecto a expresarlo verbalmente existe porque la emoción de sentir orgullo puede ser interpretada de estas dos formas.
Ahora bien, junio en el Mes del Orgullo Gay. Tradición que tiene sus orígenes a finales de los 1950 en los EEUU como reacción a las leyes discriminatorias que existían en ese momento.
La prohibición del sexo entre personas del mismo sexo data del año 1779 cuando Thomas Jefferson firmó un decreto que penalizaría con la castración a las personas que realizaran estos actos sexuales.1
Las “Leyes de Sodomía” existían en todo los EEUU hasta que fueron derogadas en su totalidad recién en el 2003. Éstas leyes prohibían el sexo anal, oral, y el sexo con animales. Las personas heterosexuales que practicaban sexo anal y/o oral no eran perseguidas por la policía como sí lo fueron las personas homosexuales.
En realidad estas leyes fueron creadas expresamente para tener una razón legal para la persecución hacia las comunidades homosexuales.
Los años de 1960 se caracterizaron por la proclamación de los derechos civiles de las comunidades Afro-Americanas que sufrían bajo los efectos de la segregación racial. La justificación de la discriminación se basaba en la idea racista de que la raza de piel oscura era inferior, y que las características físicas de las personas negras era “fea”, entonces como contrapartida se creó una campaña que decía: “Ser Negro/a es Hermoso”.2
En esos años la concepción más común sobre las personas gays y lesbianas (no hablo de personas trans porque la identidad de género no era aún parte de la conversación) consistía en la errónea creencia de ser heterosexual era lo “normal” por default y que por lo tanto ser homosexual es lo“anormal”, lo que sale de la línea que divide entre lo aceptado y no aceptado. Libros de la época aseguraban “científicamente” que la atracción física y emocional hacia las personas del mismo sexo era el resultado de una personalidad “narcisista” y que desembocaba en una enfermedad mental que necesitaba de cura.
Por eso se desarrollaron varias terapias como electro-shock, hipnosis, cirugías cerebrales, aislamiento en instituciones psiquiátricas, y dopaje para disminuir las pulsiones homosexuales. Todas estas “terapias” no resultaron y no existen pruebas de que hayan logrado cambiar la orientación de alguna persona volviéndola 100% heterosexual, aunque si lograron la abstinencia forzada en la mayoría de los casos y la destrucción de las funciones neurológicas en relación al sexo en algunas de esas personas que pasaron por los diferentes tratamientos.3
Más tarde la iglesia cristiana empezó a desarrollar la teoría de “aborrecer el pecado, y amar al pecador” con relación a la homosexualidad. Frase acuñada por Ghandi en el contexto de la liberación de su país bajo la opresión del Imperio Británico. Ghandi parafraseó a San Agustín que hace muchos siglos había dicho: “Con amor hacia la humanidad y con odio hacia el pecado”.4
Con esa frase las iglesias desarrollaron interpretaciones para condenar a las personas LGBT y sus relaciones a fin de dar argumento a las políticas de exclusión que se intensificarían en las siguientes décadas y que afectarían a aquellos y aquellas que no cambiaban de orientación sexual a pesar de las “terapias”, las oraciones, y el ayuno.
Volviendo a los orígenes del Día/Mes del Orgullo, otra de las formas de persecución sufridas por la comunidad en los años 60 eran los allanamientos y redadas de rutina que la policía realizaba en bares nocturnos gays y la violencia y abuso de las personas travestis y transexuales que trabajaban en las calles.
En New York las mujeres lesbianas afro-americanas habían empezado protestas en contra de la violencia policial5, pero en junio del 1969 se sucedieron los disturbios en el bar Stonewall Inn. Estas manifestaciones espontáneas fueron el resultado de la represión sufrida por décadas y que explotó un día después de la muerte de Judy Garland, muy querida en la comunidad homosexual y famosa por la canción “Over the Rainbow”, que algunas personas creen fue la razón por la que la bandera por los derechos LGBT sea con los colores de un arco iris.
A partir de esos disturbios en Stonewall Inn cada junio se han realizado las manifestaciones de estas comunidades discriminadas, sucediendo primero en los EEUU y luego en muchos otros países del mundo a raíz del trabajo intenso de los y las activistas por los DDHH de cada país. En muchos de los países de Latinoamérica este mismo proyecto reivindicador obtiene su justificación en base a eventos históricos de sus propios contextos, por ejemplo en Paraguay una de las marchas se realiza en setiembre en memoria de la represión y encarcelamiento y tortura policial por la orientación sexual de 108 personas en 1959.6
Lastimosamente es una estrategia común que la forma en la que se intentó y se sigue intentando acallar y reprimir la existencia de las personas LGBT es haciéndonos creer que nuestra orientación es una vergüenza, que lo que sentimos románticamente debería hacernos creer que somos una desgracia, que nuestras familias tienen razón en rechazarnos, que nuestras relaciones en consenso de amor y respeto son un deshonor que nos condena en forma justa a todos los infiernos creados por las religiones.
Por eso, así como la contrapartida de la discriminación racial fue “Ser Negro/a es Hermoso”, la comunidad LGBT afirmó y afirma que no tenemos nada de que avergonzarnos y que lo que sentimos es lo contrario a vergüenza, lo que sentimos es ORGULLO.
Nos enorgullecemos de ser quien somos, del amor, de la atracción, y del deseo sexual que sentimos, de las relaciones sanas y felices que creamos, y de las comunidades solidarias de las que somos parte.
Sentimos ORGULLO por ser personas que hemos salido a enfrentar el odio con una resilencia basada en la profunda convicción de que todo ser humano es digno de respeto y debe gozar de los mismos derechos y obligaciones en toda sociedad.
Aunque ya han pasado 45 años desde Stonewall muchos de estos mitos sobre la Homosexualidad y sobre las diferentes expresiones de la sexualidad y del género aún persisten.7
Aún así hemos tenido muchas victorias! Por ejemplo, Exodus Internacional, la organización cristiana conservadora más influyente en esta área y que más daño a causado a nivel mundial con sus “terapias” de conversión, ha cerrado sus puertas en el 2013 porque ya no pudo sostener sus mentiras sobre el prometido “cambio” de orientación.
Las asociaciones médicas, las de psicología y psiquiatría ha mostrado vez tras vez con resultados de serios estudios de campo transversales y longitudinales que la orientación sexual hacia personas del mismo sexo no es una enfermedad, no es contagiosa y por lo tanto no necesita cura.8
También cada vez son más las iglesias protestantes y otras tradiciones de fe que van reconociendo el error histórico de condenar y expulsar de sus comunidades a las personas LGBT. Las iglesias progresistas también reconocer que interpretar ciertos versículos bíblicos (que no se refieren a la homosexualidad y que ni siquiera utilizan tal concepto) para justificar la exclusión de los hermanos y hermanas LGBT de la vida comunitaria de fe en en sí misma una actitud anti-cristiana.9
Todavía hay mucho por hacer, las sociedades cambian lentamente porque los estereotipos y prejuicios aprendidos por tanto colonialismo cultural no son fáciles de erradicar.
Sin embargo, cada año nosotras y nosotros, los y las que deseamos vivir en un mundo más justo y más igualitario; en un mundo que reconozca, celebre las diferencias y valore la diversidad de todos los colores, sabores y aromas, nos reunimos en junio, o en el mes que sea, para afirmar nuestra identidad o identidades. Y también para desafiar al oscurantismo con los colores brillantes del arco iris y proclamar nuestra verdad inalienable: el ORGULLO que sentimos por ser/sentir/vivir/amar,
el ORGULLO, del bueno, que a la larga vencerá.
Salud Compañeras y Compañeros!
Esther Baruja
1http://press-pubs.uchicago.edu/founders/documents/amendVIIIs10.html
2http://www.pbs.org/wnet/african-americans-many-rivers-to-cross/video/black-is-beautiful/
3
Gay American history: lesbians and gay men in the U.S.A.: a
documentary anthology. Katz, Jonathan (1976),
4San
Agustín. Opera Omnia, Vol II. Col. 962, letter 211
5Before
Stonewall https://www.youtube.com/watch?v=kX7AxQd82H8
6Somos
más que 108
http://www.aireana.org.py/imagenes/SOMOS%20MAS%20DE%20108.pdf
710
Desprestigiados Mitos Gay
http://www.scribd.com/doc/66074901/10-Desprestigiados-Mitos-Anti-Gay
8Orientación
Sexual y Homosexualidad http://www.apa.org/centrodeapoyo/sexual.aspx
9Desmitificación
de la Manipulación Homofóbica de la Bbilia
http://www.fundotrasovejas.org.ar/Libros/Otros%20libros/40%20textos%20garrotes.pdf
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